Claro que es deseable la comodidad (Diario del Mundial #8)
De tractores, "pundits" y vidas a escala humana
Domingo, 27 de Noviembre de 2022
Quienes siguen manteniendo que no se debe politizar el fútbol que manden postales desde el planeta en el que estén. Al este juego, a ninguno, se juega en un vacío social a salvo de un contexto. Casi nada de lo que hacemos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, sucede sin él, de hecho. No podía ser menos un Croacia-Canadá. Una pancarta de un grupo de hinchas del primer país decía “Knin 95: nadie corre como Borjan”. No hace falta ser un hacha de la geopolítica, basta una pequeña búsqueda, para confirmar que el mal olor del mensaje va acorde con el fondo real. Knin era el hogar del que Milan Borjan, portero canadiense, tuvo que huir a los 7 años. Como le pasó a tantos otros de ascendencia serbia, ya que Knin era la capital de la autoproclamada República de Krajina. Ni siquiera la propia bandera donde estaba escrita la pancarta, una de la marca de tractores John Deere, era inocente. Hacía referencia a los vehículos del éxodo.
Una de las sorpresas del Mundial está siendo Marruecos. Entre parte de su hinchada, y de la de Túnez también, es fácil ver banderas palestinas. De hecho, algún medio israelí está teniendo dificultades para que algunas personas le respondan a sus preguntas. Aunque el “sí” lo impregne todo, como decía Nicolas Jaar, poder decir “no” es una de esas piezas que seguramente conformen un horizonte emancipador en varios sentidos.
Escucho a un tertuliano en un programa de esos donde las cartas y límites ya están marcados de antemano llamarle “cómodo” a un chico que cuenta el tiempo que pierde en ir al trabajo. Concretamente, dos o tres horas de transporte público. En inglés al tertuliano se le llama pundit, que no deja de ofrecernos un juego de palabras con pound it, que podría traducirse como “aporrear”. Así que ahí tuvimos a uno de esos soldados del sistema -quizá disfrazado de apolítico cargado de sentido común- encargado de golpear hacia fuera y atornillar hacia dentro. “Es que tú quieres ir caminando al trabajo, eso es un lujo”. Lo que no sé es cómo interpretar que estas personas hagan incluso alarde de que las vidas a escala humana ya son un lujo. Que les parezca marciana la comodidad, que debería ser horizonte universal.
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